Pacheco consiguió en 1624 el nombramiento como Maestro mayor de las armas, alegando los treinta años de servicio a Su Magestad, el haber reducido a ciencia la destreza de las armas y que según las palabras del Rey "fuistes el primero que me pusistes la espada en la mano, siendo mi maestro" (AHN, Decretos Consejo Camara 1624, nº53)
Su antecesor, Juan de Morales, había fallecido (27 de Octubre de 1623, murió Alonso? de Morales, Maestro Mayor de Armas del rey. Gascón de Torquemada. Gaceta y nuevas de la Corte de España desde 1600 en adelante. Madrid, Real Academia Matritense, 1991 p.181.) aunque hay testimonios contradictorios pues parece haber un testamento del mismo de fecha 24 de noviembre de 1648 (Perez Pastor, Memorias RAE (1914) IX:267).
Con este nombramiento se inicia un largo pleito que va a arruinar la salud y la ya maltrecha hacienda de Pacheco.
Primero los maestros de armas se opusieron al nombramiento (poder otorgado a dos procuradores el 22-9-1624). Pacheco les responde (8-1-1625). Tres de ellos, en nombre de todos, se niegan a ser examinados por Pacheco (11-8-1625) y el pleito sigue...
¿Es esto cuando Añasco hizo su comentario de que más bien de Pacheco ir a Sevilla para ser examinado por él?
ResponderEliminarNo se si será algo apocrifo el comentario sobre Añasco. Los Pachequistas no se lanzaron al asalto de Sevilla inmediatamente, alli habia una escuela propia, Carrancista seguramente, que se mantuvo muchos años.
ResponderEliminarFue mas tarde, en la última parte del s.XVII cuando se trasladó el conflicto a Sevilla, probablemente tenga que ver con lo que escribió Domingo de Piña en su memorial de 1675:
y esto señor, también se comprueba con haber Don Luis Pacheco escrito a Don francisco de Añasco por las muchas noticias que tenia de él, que si gustaba de admitirlo le enviaría el titulo de maestro, a lo cual respondió que estimaba mucho la merced que le hacia, pero que no era de su punto tener titulo sin examinarle en la facultad que ejercía y que así, si no se ofreciese ocasión en que viniendo a Sevilla lo pudiere hacer, u otro cualquiera que gustase de ver lo que ejecutaba y sabia, no quería mas título que el de su autor Don Geronimo de Carranza.