Juan Rufo hace en Las Seiscientas Apotegmas numerosas alusiones a las armas y el duelo, reproducimos aquí algunas de ellas.
6o. Un hombre más inclinado a conservar su vida de lo que permiten las leyes del duelo, riñó con otro más viejo que él, y habiendo andado en la pendencia gran danzante de represas, daba por disculpa querido llegar al viejo. "no fue, le dijo, por no llegar al viejo, sino por llegar a viejo."
149. Mataron a puñaladas a un caballero que había muerto a algunos, y llegando la nueva a la Corte, otro, que tenía no sé cuantas muertes a su cargo, dijo a Juan Rufo: "Lastimosa muerte ha sido esta de Fulano. Lo que hace al caso es que cada uno mire como vive." Respondió: "Y como mata."
245. Tratábase del mentís en presencia del señor don Juan, y condenaban por riguroso estilo que sola esta palabra fuese tan injuriosa. "No es sino trinchea de la honra, respondió, y para que el temor de la afrenta excuse muchas de las que los hombres se dirían. Pues por una vez que el mentís dicho causa discordia, mete mil veces paz el recelo de no oírle."
265. Estaban al principio de mayo cuatro mujeres o cinco comprando unas manzanas tan duras como de espada y tan verdes como alcacel, y poco más gruesas que avellanas, por lo cual les dijo: "¿Oh hijas de Eva, amigas de comer fruto vedado, ya por Naturaleza, ya por su Autor!"
manzana: pomo de espada
286. Riñeron dos bravos, y antes de echar mano, dio el uno al otro un grande bofetón. Acuchilláronse, y aunque hasta allí estaba el que le recibió en posesión de tan valiente y más que el otro, perdió tierra y sangre en esta pendencia. Y maravillándose algunos del suceso, y diciendo que nunca pudieran pensar que aquel perdiera en aquella lid, respondió: "¿Por qué no había de perder, si le llevó el contrario de ventaja cinco puntos y la mano?"
304. Riñeron dos hombres, y escapando el uno sano y el otro mal herido, no escaparn ambos de quedar presos in fraganti. Otro día, el herido, por esta ocasión, y el otro porque le dio una recia calentura, le encargaron que sacase fe del médico y cirujano que los curaba, para salir en fiado a curarse en sus casas. El doctor dio fe de que el uno tenía calentura y el otro corría riesgo de la vida, por ser la herida mortal. Volviendo pues con esta fe a la cárcel, comenzó el de la calentura (antes de leella) a tomar grande alegría y rendille las gracias por el buen oficio. Y pidiéndole que le diese aquella fe, respondió: "No es esta en la que vos os habéis de salvar."
333. Un hombre que ni era principal ni tenido por valiente fue a matar a la iglesia a un caballero que le había hecho un enojo. El caballero se dio tan buena maña que dio con su contrario en tierra, y le paso de una estocada por el vientre. Y maravillándose los médicos de que la herida no tocase en tripa ninguna, les dijo:"Cómo le había de tocar en las tripas, si no posaban entonces allí." - " ¿Cómo así?", le preguntó el uno de ellos. Respondió: "Porque había hecho de las tripas corazón."
364. Estaba rezando un señor que era valiente y se preciaba de ello. Y como preguntasen ciertos amigos suyos: "¿Por quién reza Fulano?" respondió: "Por los que ha de matar."
389. ... Viese que a causa de ir por allí el Tajo muy veloz en su corriente y ser desigual en sus orillas y centro, se ahogaban un verano muchos que por su regalo y salud se iban a bañar, y oyese decir que algunos años solía pasar de treinta el número de los ahogados, respondió: "Basta, que en Toledo mata más el Tajo que la estocada."
404. Ciertos galanes dieron a una mujer ocho puñaladas, queriéndola matar porque no descubriese un secreto de importancia. Pues como quedase viva y lo dijese a todo el mundo, dijo: "Por cerralle a esta mujer una boca, le abrieron ocho más."
405. Vino de ver a un hombre a quien habían herido en la cabeza un amigo suyo, que estaba retraído. Pues como estuviese peligroso y este le preguntase: "¿Qué os ha parecido del enfermo?" respondió: "Harto peor de lo que vos quisiérades." - "Pues, ¿qué me aconsejáis?" volvió a preguntar. Respondió: "Que no seáis barbero, porque tenéis muy pesada mano."
442. Había un señor dado una espada buena con todo su aderezo a un poeta porque le acompañase en cierto viaje. Pues como el poeta le dijese que se sentía muy malo y no para ponerse en camino, y que si no hacía el viaje el señor le quitaría la espada, respondió: "Menos mal es que os quite la espada, que no os mate con ella."
492. De una dama que él celebraba por hermosa le dijeron que, mirada de lado, no lo era tanto. Respondió: "Porque no hiere de tajo ni revés, sino mata de estocada."
517. En una ciudad de Italia dio un hombre una gran cuchillada por la cara a cierta dama; y después de haberle dado doscientos azotes por ello, hubo de casarse con ella. Viéndolos, pues, en el tálamo, y considerando cuan a fuego y sangre eran aquellas bodas, dijo: "Ni la novia tiene segura la cara, ni el novio las espaldas."
518. Un hombre esforzado había sacado harta sangre, riñendo de bueno a bueno, a un personaje que, demás de sello, era muy hombre; y tratándose de si aquel era valiente, respondió: "Testimonio tiene de que lo es, escrito con sangre y en papel de marca mayor."
marca mayor: tamaño de papel grande y por extensión espada de longitud máxima (o mayor de la marca o longitud máxima legal)
655. Cierto caballero cortesano le había prometido una cosa, fácil por sí y mucho más por causas honestas qyue para ello hubo. Ofreciósele ir a Toledo por pocos días, y volvió tan fuera de cumplir su palabra, que a ocasiones que precisamente se la podían traer a la memoria, se hizo sordo; por lo cual le hizo oír estos versos:
"Si el agua de Tajo es,
como en vos se ha parecido,
la del rio del olvido,
no es Tajo, sino revés."
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Juan Rufo. Las seiscientas apotegmas y otras obras en verso. Madrid: Espasa Calpe, 1972. Clásicos castellanos 170. (Edición de Alberto Blecua)